Hoy no me hables de amor, no
me lo digas, que ya no lo sé. He vuelto miles de veces la mirada ante ello y no
me he visto. Muchas y muchos como tú me han buscado entre el abrazo y
afecto; pero como un excelente escapista me escabullo sin retorno, actor de una sola función. Solo soy amable
ante la perversión y los besos nuevos.
Ante las artes de la evasión y la ruptura, de mí, se puede decir
que ahora soy el audaz. Pueden decirlo, pero jamás me pidan, y menos ahora que
diga mis palabras de amor.
Ante mi ironía y mi ambición
muy solo me he ido quedando, algunos se han ido en silencio, otros con una muy sonora
herida en mi ser. Los he visto abrazarme en medio del polvo y ahí mismo los he
olvidado. Hoy no me digan que pude amar o he amado. Porque siendo francos, esas
cosas de los apegos y las cosas para siempre ya son cosas del pasado.
Hoy olvido y olvido a
alguien más, y dejo en el pretérito una risa callada y todas esas aspiraciones
absurdas reveladas por un tiempo. Hoy escribo sobre el agua, porque sé y confió
que borrarán, y que ya nunca más serán.
J. Roberto Morales
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